En nuestra cultura sostenemos
y fomentamos el abuso sexual, tanto que hasta nos llegan a gustar, coreamos y
bailamos canciones que describen escenas de este delito.
Desde luego, no cuestionamos
esos discursos que naturalizan el abuso sexual porque el macho intérprete “canta
bonito”, “es mi cantante favorito”, “la canción es pegajosa”, “tiene buen ritmo”, “está de moda” o porque “está guapo”. Justificaciones siempre sobran.
Es altamente preocupante que
en las radios, en nuestra play list, en Youtube, en spot publicitarios, centros
recreativos, etc., estas canciones figuren como si el abuso sexual no estuviera
tipificado como un delito y más escalofriante aun, que exista un público masivo
que consume y que da pauta a que en el imaginario colectivo se coloque la idea
de que se puede dominar, poseer, cosificar a otra persona sin su consentimiento
o conocimiento para su propia satisfacción sexual.
Por muchos años el
movimiento feminista y los grupos de mujeres en todo el mundo, han hecho un
enorme trabajo por visibilizar y denunciar las agresiones sexuales que
mayormente son cometidas por hombres sobre los cuerpos de mujeres, niñas, niños
y adolescentes.
Se ha logrado tener claridad
de que el delito del abuso sexual más allá de la penetración, abarca también todo
contacto físico -tocamientos, masturbación, sexo oral- así como la ausencia de
contacto -exhibicionismo, erotización con relatos de historias sexuales,
vídeos- películas-fotografías-.
Propongo repasar algunas canciones que buscan legitimar ideas, actitudes y prácticas machistas, con el fin de poner en evidencia las
trampas que pone la industria musical heteropatriarcal para naturalizar el abuso sexual.
El merenguero dominicano
Eddy Herrera, hace más de diez años lanzó el tema “Demasiado niña”. En esta
canción sin maniobras discursivas, este macho intérprete expone su deseo
erótico de poseer a una niña de 13 años:
“Si
tú no fueras tan niña / yo te llevara conmigo / y si no fueras tan
angelical / mi amor a ti yo debería
entregar / te pido que me perdones / si mis palabras te hieren / no es esa mi intención / es que te falta conocer más del amor”.
“Y
es que eres demasiado niña / para empezar amar
/ eres como una fruta nueva / que
no se debe tumbar / y es que eres
demasiado niña bebe / para empezar
amar / apenas tienes 13 años / y no sabes besar”.
Este corresponde a uno de los “hits” de
este dominicano, que ha causado euforia entre los y las amantes a los ritmos
tropicales cuando ha visitado Nicaragua. A pesar que en su momento hubo cuestionamientos
a este tema, no importó mucho, el ritmo era pegajoso y por eso seguramente dio recientemente
voz a lo que se entiende como una continuidad de “Demasiado niña” y que tituló “Ahora
soy yo”:
“Ahora
soy yo que quiero tenerla / ya no es una niña es toda una hembra / ahora soy yo
que ando loco por ella / me tiene perdiendo el sueño / y en la cama dando
vueltas”.
La
miré, me miró / sonreí, sonrió/ me acerqué, se acercó / le dije: ¿cómo estás? /
le pregunté su edad, me dijo: 23 /soy la niña, ahora toda una mujer".
¿Y si nos vamos a una clásica "romántica"? Si viajamos un poco en el tiempo, encontramos al
venezolano Guillermo Dávila, cantante, compositor y actor de telenovelas,
intérprete de “Sin pensarlo dos veces”. Así con esa velocidad que propone,
leamos algunas líneas de esa canción:
“Dios,
que hermosa te ves / que me provoca violarte de amor”.
“Es
mi vida en tus ojos que me gritan que no / que no existe más nadie y tu hombre
soy yo”.
“Sin
pensarlo dos veces la empuje a la pared / le arranque el vestido y la llené de
amor / sin pensarlo dos veces me abrazó y me besó / sin pensarlo dos veces nos
violamos de amor”.
Es impresionante lo que
encontramos cuando hacemos una lectura con perspectiva de derechos y de género en
esas “líricas” que la industria musical nos impone y que pretende consumamos sin
cuestionar.
“Sin pensarla dos veces” nos muestra como en nombre del amor, el
patriarcado justifica los abusos y agresiones sexuales contra las
mujeres. No se aleja mucho Romeo
Santos, quien ha interpretado decenas de temas impregnados de machismo, entre
ellos “Propuesta indecente”:
“Y
si te invito a una copa / y me acerco a tu boca / si te robo un besito, al ver
que no vas conmigo/ ¿qué dirías si esta noche te seduzco en mi coche? / que se
empañen los vidrios si la regla es que goces”.
Si
te falto el respeto / y luego culpo al alcohol / si levanto tu falda ¿me darías
el derecho a medir tu sensatez?”.
¿No te parece un delito esa “propuesta
indecente”? Los hijos sanos del patriarcado siempre encuentran manera para
justificar sus delitos, y Romeo Santos en ese tema descaradamente habla de
culpar al alcohol para evadir el abuso sexual. Y por si ese tema no es suficiente para
demostrar el poder y control masculino sobre los cuerpos de las mujeres, veamos
que dice en la canción “Eres mía”:
“No
te asombres si una noche / entro a tu cuarto y nuevamente te hago mía / bien
conoces mis errores / el egoísmo de ser dueño de tu vida / eres mía (mía mía) /
no te hagas la loca eso muy bien ya lo sabías”.
Son muchas las canciones
donde podemos identificar cómo los mecanismos de opresión del sistema
patriarcal juegan un papel de naturalización pero nunca de
cuestionamiento frente a las violencias machistas. El tema “Tatuajes” de Elvis Crespo, también contribuye a
reforzar esta idea:
“Mami
apaga las luces y cierra los ojos / déjame tomar control de la situación / ¡Échate para acá!”
Con estas líneas que
repasamos de estas canciones podemos tener certeza que la cosificación de los
cuerpos de las mujeres es uno de los mecanismos muy presentes en los discursos
de éstos macho intérpretes.
La imagen de la mujer aparece siempre como un objeto sexual que todo hombre puede poseer sin
importar las implicancias que ese abuso significa en la vida y cuerpos de las
mujeres que lo sufren.
Tampoco se percibe temor
ante los instrumentos jurídicos que regulan este delito porque a cómo expresan
en sus músicas estos “súper hombres”, encuentran maneras para justificar lo
injustificable. Buen oído con lo que escuchamos y coreamos, el abuso sexual es
un delito y existen instrumentos nacionales e internacionales que lo tipifican
de esta forma.
Imagen tomada de la iniciativa Yo te creo de MCAS. |