sábado, 9 de febrero de 2013

Empiezo a ser Queer


Ser queer no significa combatir por un derecho a la intimidad, sino por la libertad pública de ser quien eres, cada día, en contra de la opresión: la homofobia, el racismo, la misoginia, la intolerancia de los hipócritas religiosos y de nuestro propio odio (pues nos han enseñado cuidadosamente a odiarnos). Y ahora también significa luchar contra un virus y contra los antihomosexuales que usan al sida para barrernos de la faz de la tierra”.
Rafael Mérida (2002: 13-14)


Ultimadamente me ha despertado el interés en auscultar sobre la Teoría Queer, y he tenido la dicha contar con Wadir, un gran amigo y muy conocedor sobre dicha teoría, que con su manera de compartirme sobre los planteamientos Queer, me contagia y enamora para proceder a un exhaustivo proceso de lecturas para posteriores diálogos con él.

Es por ello que en los encuentros de extensas o breves tertulias luego de nuestros respectivos trabajos, hemos trastocado este tema, incluso por sms, por imbox en facebook o Twitter. Me comparte información y siempre está anuente a aclararme cualquier duda que me suscite. No hemos dejado de hablar sobre temas cotidianos, pero en particular, este ha sido uno de los que ha tomado mayor continuidad. Siempre surge algo Queer de lo que debemos hablar, y si no, algo no anda bien jeje.

Recuerdo que una vez le plantié la situación de un compañero de trabajo que, sobre todo en tardes o noches bohemias, insistía en su pregunta, “¿te gustan los hombres o los mujeres?” “¿Sos gay?” Y yo le contestaba siempre que no percibía el valor humano en un pene o en una vagina, sino en su inteligencia, que ello era lo que me podría atraer, fuese hombre o mujer. Él nunca quedaba satisfecho, pues mi respuesta le parecía una manera de evadir la pregunta o de no aceptar la homosexualidad, etiqueta que él me atribuía, porque además, aseguraba con mucha firmeza que yo tenía un amorío con un amigo. Algo que me dejaba entrever su nivel de homofobia, pues eran conjeturas que se formaba por la afectividad en nuestro trato. Prefería no darle importancia a sus cuestionamientos.

Posterior a ésta tertulia, mí amigo me compartió un enlace de you tube del diálogo de un film argentino-español (Martín Hache), que se titula “Follando mentes”. En este diálogo se resalta una búsqueda del placer en la inteligencia humana, es decir, más allá de lo físico, y que si algún hombre o mujer seducía por su mente brillante, no hay problema alguno para disponerse a “follar” con su mente.

Recuerdo mi fascinación por ese diálogo, pues sentí mucho de mí ahí. De hecho, se convirtió en un complemento discursivo para responder a esa curiosa pregunta sobre mi orientación sexual. Aquí me resulta preciso compartir un punto del manifiesto Queer, de El Rincón de Haikita “los queers no discriminan a nadie por su altura o su pequeñez, por su delgadez, su obesidad, ni por sus arrugas, sus imperfecciones, sus deformaciones; el amor queer se libera de la tiranía de la belleza y el fascismo del culto al cuerpo”.

Es muy agradable contar con personas con las que puedan desarrollarse conversaciones más allá de lo común. Que contribuyan al autocuestionamieto y al interés por desaprender normas, roles y estereotipos que limitan el desarrollo de una vida libre y placentera.

Todavía me queda mucho por aprender sobre la Teoría Queer, por ejemplo, estudios de Beatriz Preciado y Judith Butler, quienes desatacan como referentes mundiales en cuanto a la Teoría Queer, además por sus importantes aportaciones en el campo del feminismo, filosofía del género, la filosofía política y la ética.

Waldir, mí amigo Queer, mí amigo de tertulias, -a quien en el círculo amistoso lo llamamos “el cari”- es alguien con gran disponibilidad de no dejar guardo para si mismo los aprendizajes que obtiene, sino por el contrario, hace uso de todo medio que esté a su alcance, y que sobre todo, potencializa el uso de plataformas virtuales para movilizar ideas que contribuyan a una sociedad de hombres y mujeres sin disfraces, un mundo sin distinciones, sin miedo, sin necesidad de defenderse, donde los seres no están separados y se dedican a darle sentido a sus vidas, pues dejar ser a las personas tal y como son, esa es la propuesta de la Teoría Queer.

Espero que continuemos nuestros espacios de tertulia, y que continúes compartiendo sobre tus reflexiones Queer, esas que muestran el rechazo a toda clasificación sexual, que destruye las identidades gay, lésbica, transexual, travestí, e incluso la hetero, para englobarlas en un “totalizador” mundo raro, subversivo y transgresor, que promueve un cambio social y colectivo desde muy diferentes instancias en contra de toda condena.














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