jueves, 7 de febrero de 2013

Encanto, Desencanto y Utópicamente Reencanto

-->

"Si te detienes cada vez que un perro ladra nunca llegarás al final de tu camino"
Proverbio árabe 

Mi primera aproximación con el voluntariado, la tuve al integrar el programa de Voluntariado Social de la Pastoral Universitaria de la Universidad Centroamericana (UCA) durante el 2009. En ese entonces, estudiaba en la UNAN Managua, pero junto a un grupo de compañeras, investigamos sobre los diversos proyectos que éste programa atendía y nos motivamos a ser parte.

Aquí me desempeñé como facilitador en el proyecto Jóvenes y Niños con Esperanza (JYNCE). Nos movilizábamos los viernes de cada semana, a un asentamiento del Barrio San Judas de Managua, donde quedaban las instalaciones de JYNCE. El proyecto se enfocaba en brindar reforzamiento escolar a niños, niñas y adolescentes, capacitar a padres y madres de familia de manera que brindaran a sus hijos/as un armonioso ambiente para su sano crecimiento. También se daba apoyo en cuanto a útiles escolares. 

La misión del grupo de voluntarios/as que llegamos los viernes de cada semana era compartir con niñas, niños y adolescentes espacios de aprendizaje, reflexión y recreación, de manera que ese día fuera para ellos/as un día diferente. Por tal razón, aprendí sobre metodologías comunitarias para trabajo con niños y niñas.
 
Pude conocer situaciones de niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar. Escuchar a niños y niñas compartiendo lo que sentían al oír discutir a sus padres, cuando los regañaban o agredían físicamente, desconociendo la situación de violencia en las que se encontraban, fue generando en mi conciencia social una profunda sensibilización ante este fenómeno social.  

Por motivos académicos, se me complicó continuar participando en el proyecto de JYNCE. Y luego de un tiempo, di inicio a otro ciclo de voluntariado, vinculado a prácticas profesionales de la carrera universitaria que cursaba -filología y comunicación-. Integré el equipo técnico en el área de comunicación de un movimiento social, promotor de derechos humanos e igualdad de condiciones, con enfoque en la población joven, el Movimiento Juvenil Nicaragüita.

En esta organización recibí formación en liderazgo y gerencia política, participación ciudadana, género, democracia, gobernabilidad, comunicación no violenta, transformación psicosocial con enfoque holístico, Derechos sexuales y reproductivos, desarrollo local, entre otros temas.

Previo a mi integración al equipo técnico de la organización, apoyaba como promotor territorial en temas de Derechos Humanos y liderazgo juvenil. Momento en el que empecé a empoderarme de la temática, a sensibilizarme más frente a diferentes abusos cometidos.  

El ideal de ciudadanía activa, de responsabilidad ciudadana, de agente de cambio, de libertad de pensamiento, de tolerancia, de igualdad de condiciones, fueron siendo parte de mis principios y nuevos aprendizajes.
 
Siendo parte del equipo técnico de la organización en el área de comunicación, tuve la oportunidad de poder desarrollar temas de arbitrariedades y abusos de Derechos Humanos haciendo uso de herramientas de comunicación como productor de un programa de radio, editor de un boletín mensual y administrador de redes sociales virtuales. En estos espacios comunicacionales, se promovía la convivencia y el cumplimiento de derechos humanos en igualdad de condiciones y con equidad de género.
 
Esta segunda fase de voluntariado, concluyó cuando inicié a trabajar mi tesis monográfica, durante el segundo semestre del 2011. Por las experiencias en ambos ciclos de voluntariado, reconozco que los aprendizajes obtenidos han sido fundamentales en mi crecimiento personal y profesional.

Tuve la oportunidad de reforzar mis conocimientos teóricos y realizar trabajo de campo para ponerlos en marcha. Quizás con grandes debilidades, pero que ayudaron a fortalecerme. Además, conocí personas de las que aprendí mucho, y otras con las que sostengo relaciones de amistad, aunque también otras que me cuesta mucho tolerar su sola presencia. 

Creo preciso compartir también sobre mí momento de desencanto ejerciendo voluntariado, pues no todo fue bonito durante estos ciclos. Conocer diversidad de personas, de movimientos sociales y de ONGs, conocer de cerca el funcionamiento de éstas, conocer relatos de voluntarios/as sobre inconformidades, me llevó a muchas reflexiones. Cuando estás motivado por trabajar en la generación de cambios sociales y de comportamientos y en el camino encuentras situaciones que te generan asco, ahí la otra cara de la moneda. 

Asqueroso por ejemplo toparse con personas que en discurso critican el pésimo funcionamiento del sistema político en Nicaragua, pero que en sus prácticas cotidianas reproducen de igual manera, o peor, eso mismo que señalan. Por tal razón empecé a no tolerar éste tipo de personas. A repudiar el aprovechamiento de las voluntades y capacidades de personas que apuestan a un cambio, y que sin saberlo, son utilizados/as para contribuir a un capital administrado debajo de la mesa, por personas poco transparentes.

Razón por la cual, he de mencionar el aprovechamiento que existe de parte de algunas organizaciones, o de personas que la integran, que han visito el tema de Derechos Humanos como una forma de sobrevivir y trabajan en función de la formulación de proyectos de impacto social para que sean aprobados por la comunidad donante, pero con el máximo interés del beneficio personal antes que el de generar el cambio social esperado en los grupos sociales o comunidades que se supone son la razón de existir del proyecto.

De esta manera, pasé del encanto al desencanto, y aun no me llega el "reencanto", pues me lo he planteado (utópicamente) como posibilidad. Todavía veo espacios desde lo cuales pueden impulsarse cambios sociales y de comportamientos necesarios para una sociedad que conviva en respeto, igualdad y equidad. 

No obstante, mientras existan personas doble discurso dirigiendo organizaciones (desde abajo o desde arriba), carismáticas de apariencia, que presuman de ser las únicas que pueden asumir el poder por tener todas capacidades necesarias, que se resistan al relevo generacional y a los liderazgos emergentes, que opriman al crítico (tratando de que sea visto como conflictivo), que prefieran a su al rededor personas que validen cada cosa que proponen (al estilo eventos de presidencia en la concha acústica), y que traten de hacer todo esfuerzo para sobresalir y tener el poder absoluto; mientras todo eso continúe, seguirá dándose una reproducción de antivalores, en lugar de promover principios éticos y generar cambios sustanciales en la manera de hacer política en nuestro país. He ahí una verdadera crisis.

Actualmente, como profesional, viviendo otro ciclo, me complace saber segmentar con quienes me relaciono y con quienes no y la manera en que debo hacerlo. Me gusta tener cerca de mí, personas que no pierden la esperanzara de apostar a un verdadero cambio, y quienes no hacen que abandone esa idea de el “reencanto” pues creo en sus buenas intensiones, y saben que cuentan para lo que sea conmigo. Con ellos/as le siento mucho sabor a la batalla -esa que he planteado-, sin embargo, desgasta y absorbe gran cantidad de energías. En momentos así, recuerdo a mi estimada maestra de literatura,  María Inés, quien decía "nunca hay que claudicar". 

Pueda ser que mis búsquedas se dirijan hacía otros rumbos, pues como profesional, la obtención de empleo y de continuar formándome son parte de las nuevas prioridades. Sin embargo, no abandono el barco, y estoy más que seguro que éstas personas continuarán esa batalla donde la iniciaron o en cualquier espacio en el que se integren, pues poseen -además de buenas intensiones- grandes capacidades y habilidades, son muy críticos e inalienables, es decir mucha inteligencia. No son de quienes se dejan vencer fácilmente,se ingenian para lograr una democratización en la toma de decisiones en los espacios que son parte y decir con libertad eso que huele mal. 


2 comentarios:

  1. Muy bueno!! Realista, muy realista ;) de las experiencias donde uno se siente en los zapatos del escritor :D (y)

    ResponderEliminar
  2. ;) Muchos hemos pasado por experiencias similares .... y cuando se comparten se encuentran puntos en común ... solo recuerdo la frase en aquel taller en Chinandega "No podemos cambiar la historia, pero si transformarla" ... ahí uno de los desafíos ... :D

    ResponderEliminar