Recientemente se ha desatado polémica virtual por la cacería indiscriminada de aves promovida por empresas turísticas en Nicaragua, que han publicado tales “hazañas” es sus redes sociales virtuales como parte de las “aventuras” que ofrecen en su bandeja de servicios.
De parte de una de estas empresas se logró respuesta casi instantánea, expresando que no volverá a suceder, y de inmediato se hizo viral tal victoria de las redes sociales virtuales. Es una buena noticia, sobre todo por la preservación y el respeto a nuestra fauna.
Aunque de que lo digan a que lo hagan, eso quien sabe. De lo que seguramente se cuidarán, es de las fotos que publican es sus redes. Pero ¿Por qué no causa la misma indignación virtual –así tan masivamente como la matanza de aves- los asesinatos de mujeres?
En lo que va del 2015 ya se registran cuatro femicidios en Nicaragua. Algunas/os ni sabemos de este dato. Las activistas feministas y defensoras/es de derechos humanos igualitarios, no detienen sus luchas para que se frene el terrorismo machista, sin embargo, muchos/as cibernautas que sí se indignan por la muerte de aves o que se preocupan por las tiraderas de las mises, no se solidarizan en denunciar la cacería de mujeres, que sucede todos los días.
Mi punto no es descalificar las luchas ambientalistas, yo abrazo esas causas. También son mis causas. Me indigna y denuncio todo lo que agreda a la flora y fauna en todo lugar. Tampoco busco decirle a la gente que publica y que no.
La invitación que hago a las/os cibernautas es que así como nos indignamos o nos emocionamos por ciertos eventos, haríamos justicia para las mujeres –nuestras madres, hermanas, primas, sobrinas, amigas, vecinas- si de igual manera condenáramos todo tipo de violencias machistas y femicidios, esos abusos y crímenes que los medios de comunicación y el Estado insisten en nombrar de otra manera, incluso invisibilizar.
Fotografías: Acciones por la Vida de las Mujeres
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