Las personas que hemos sobrellevado situaciones de violencia sexual sabemos la importancia que tiene que crean en nosotras, que nos acuerpen, que le den un lugar a nuestros testimonios, a nuestra voz, a nuestro dolor.
Acompañamos a otras que deciden dar el paso a la denuncia, porque sentimos su dolor, su fortaleza para alzar la voz y la determinación para enfrentar todo tipo de señalamientos.
Aunque el principio terapéutico dice que "sanar no es olvidar, sino recordar sin dolor", cuando otra víctima decide denunciar, también nos recordamos en nuestra vulnerabilidad, cuando sentimos culpa, cuando nos sentimos solas, cuando el dolor era tanto que pensamos que no podíamos seguir con nuestras vidas porque todo adentro de nosotras se había derrumbado.
Recordamos el daño inmenso que los agresores dejaron en nuestro cuerpo, en nuestra vida, en nuestra salud física y piscoemocional. También recordamos todo lo que ha significado reconstruirnos en un proceso que no es lineal, que ha estado marcado de muchos sube y baja, pero con la intención clara de poder sanarnos.
Y con todo esto en la memoria, lloramos con ellas, con esas víctimas de violencia sexual que evidencian que la cultura de violación es uno de los grandes problemas estructurales que hay que combatir en nuestro país.
Y las acuerpamos, les creemos, las acompañamos como un compromiso personal y político.
Desde nuestro dolor, con toda la empatía y sororidad necesaria, repetimos sin cansarnos ¡Te acuerpamos, te creemos!
Gracias por la valentía, por darle lugar al poder de sus voces y por convertir el dolor en una lucha contra la impunidad. Aquí estamos, aquí estaremos. Porque si agreden a una, respondemos todas.
Publicado en Facebook: 5 de junio, 2021.
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