lunes, 23 de junio de 2014

Un vecindario muy acogedor


Cuando sentí que estaba en un lugar que ya no era mi sitio supe que era momento de volar. Solo así pude darme el chance de  explorar y re-descubrir otros paisajes. La verdad es que por ese amor romántico hacía aquel espacio me había perdido de tanta maravilla. Temí en empender el viaje. Me llené de miedos y frustraciones, pero de a poquito me fui despojando de esos fantasmas y de pronto pufff alcé vuelo. 

El viaje que he emprendido ha sido una experiencia orgásmica. He conocido y re-descubierto espacios y personas cuya convivencia me ha fascinado en sobremanera porque sus luchas también son mis luchas.

En lo que va del 2014 he saboreado cada instante. Sigo haciendo lo que me gusta como comunicador cifordiano y como activista virtual y de calle, compartiendo los aprendizajes que he acumulado en mi recorrido académico y otros espacios de educación popular. Y sigo aprendiendo y desaprendiento, reflexionando individual y colectivamente porque queda tanto por deconstruir. 

Estoy bien enredado, pero no me quejo porque esa vecindad en la que habito resultar ser muy acogedora. Día a día transito entre personas muy solidarias y comprometidas con las causas que nos movilizan. Muchas de ellas/os -incluído yo- transgresores/as, cuerpos desobedientes, antinormativos, indisciplinados y sin-vergüenzas. Un vecindario con puertas abiertas para quien quiera conocerlo y enredarse. 


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