sábado, 25 de febrero de 2017

Reflexiones sobre la cobertura periodística ligada a violencia contra las mujeres

Los medios de comunicación funcionan como agentes de socialización en nuestras sociedades y es porqué en ellos recaen corresponsabilidades en cuanto a informar y educar a las audiencias. A pesar de ello, desde un imaginario mercantil, las empresas de comunicación se preocupan únicamente por el rating aun cuando ello implique faltar a la ética, evadiendo así su compromiso social.
Es bien sabido que, como estrategias de posicionamiento los medios de comunicación presentan problemáticas del día a día como un espectáculo: accidentes de tránsito, redadas policiales en los barrios y lamentablemente, también la violencia machista, que en el 2016 arrebató la vida de 49 mujeres de acuerdo a datos de Católicas por el Derecho a Decidir Nicaragua.
Los ejemplos sobran en medios de comunicación televisivos, radiales, escritos y digitales, para hacer referencia a la irresponsable cobertura periodística en temas ligados a violencia contra las mujeres [1].
Sistematizando lo que con frecuencia encontramos en las noticias referentes a distintas formas de violencia machista, resaltan estos enfoques:
  • Los medios de comunicación centran la atención en los porqués del agresor/femicida/acosador/violador pero no profundizan en las causas estructurales de la violencia, no se analiza el contexto.
  • Prevalecen descripciones con fijación en la crueldad con que se cometen las agresiones/crímenes/abusos.
  • En el discurso periodístico las mujeres son revictimizadas, es decir, son culpabilizadas por la violencia que recibieron: ellas provocaron, ellas lo merecían, ellas lo buscaron.
  • Lejos de denunciar la violencia machista, los efectos sobre la vida y cuerpos de las mujeres así como de las personas del entorno, lo que hacen es presentar la violencia como un espectáculo que no sensibiliza a las audiencias porque no logra generar empatía con las víctimas.
  • Desde los relatos periodísticos no se cuestiona el modelo hegemónico de masculinidad, más bien se refuerzan mandatos de género sobre el ser hombre y el ser mujer.
  • El vínculo erótico-afectivo aparece como justificación de agresiones/abusos/crímenes.
  • En ocasiones, la violencia que sufren las mujeres se presenta como un chiste, donde las mujeres son doblemente violentadas al ser expuestas a la burla.
  • Se evidencia un desconocimiento de marcos jurídicos nacionales e internacionales que abonen a una cobertura periodística con enfoque de género, derechos humanos e interculturalidad.
  • Las fuentes que predominan en el relato periodístico no siempre incluyen voces que cuentan con trayectoria en la atención y prevención de violencia machista.
Enunciando estos enfoques inapropiados que sobresalen en la cobertura informativa ligada a violencia contra las mujeres, a continuación algunos fundamentos de Rita Laura Segato (2013),  María Teresa Blandón (2016) y Norma Vázquez (2015), que contribuyen a cuestionar esta forma irresponsable de hacer periodismo.
Una pedagogía de la crueldad
La doctora en antropología, Rita Laura Segato, referente en Latinoamérica en investigar sobre las causas estructurales de la violencia, sostiene que desde los medios de comunicación se reproduce una pedagogía de la crueldad [2].
En una entrevista publicada en el sitio web de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata, Segato (2013) afirma que “no es que el ojo del público sea cruel y rapiñador, sino que se lo enseña a despojar, a rapiñar, a usar los cuerpos hasta que queden solo restos; es una pedagogía porque ese público está siendo enseñado”.
En estas líneas Segato explica cómo desde un abordaje amarillista y sensacionalista, los medios de comunicación promueven imaginarios sociales que refuerzan ideas como la naturalización de la violencia y al ser hombres quienes predominan como principales agresores/violadores/femicidas, la violencia se adscribe como un rasgo ineludible de la masculinidad.
Al respecto, la académica, activista e investigadora feminista, María Teresa Blandón (2016),en el artículo “Periodismo y violencia machista en Nicaragua”, puntualiza que en Nicaragua “los medios de comunicación gozan de total impunidad en el uso y abuso del cuerpo de las mujeres”, constituyendo ello una violencia mediática e institucional.
De acuerdo a Segato, desde esta perspectiva “el público es enseñado a no tener empatía con la víctima, que es revictimizada con la banalidad y la espectacularización con que se la trata en los medios”. En este sentido, la saña que predomina en las narraciones periodísticas, lo que hace es alimentar el morbo, y en ninguno de los casos, estimula la sensibilidad que requiere el problema de la violencia contra las mujeres.
Este tratamiento informativo opera sin ninguna regulación o autorregulación. De acuerdo a Blandón en la primera versión presentada en la Asamblea Nacional del proyecto de la Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, Ley 779, se incluían sanciones para los medios de comunicación que alentaran la violencia contra las mujeres: “la Corte Suprema de Justicia se hizo eco de reclamos de algunos empresarios de la comunicación de masas que consideraron que tal referencia violaba el ´sagrado´ derecho a la libertad de expresión”.
Para Blandón no cabe duda que esta cobertura periodística constituye una reproducción de la violencia machista “la noticia presenta lo evidente, lo grotesco, convirtiéndose en sí misma, en un acto de violencia simbólica en contra de las mujeres y de vulneración de las normas éticas de convivencia de la sociedad en su conjunto”.
Hacer preguntas más inteligentes
En el seminario “Debates feministas sobre la(s) violencia(s)”, impulsado por el Programa Feminista La Corriente en el 2015, Norma Vázquez, psicóloga especializada en violencia de género, en su análisis sobre cómo los medios de comunicación presentan la violencia contra las mujeres, manifestó que es generalizado que las mujeres son noticia hasta que las matan pero no las veces que fueron agredidas y que denunciaron.
En esa ocasión Vázquez exhortó a profesionales de la comunicación a hacer preguntas más inteligentes cuando se consultan fuentes especializadas en violencia, eliminando por completo típicas preguntas como “¿Cuál es el perfil de un hombre agresor? ¿Cuál es el perfil de una mujer maltratada?” puesto que es necesario dar pie a una nueva cultura de qué es lo que se pregunta.
Este modelo debe cambiar
Desde movimientos de mujeres, feministas y desde la academia, se han suscitado debates sobre necesidad de una perspectiva de género, derechos humanos e interculturalidad en la cobertura periodística en materia de violencia contra las mujeres, no obstante, se requieren de más espacios, más voces, que también sumen esfuerzos para exigir coberturas responsables y éticas desde los medios de comunicación.
Sigue pendiente una cobertura periodística que abone a la prevención de la violencia contra las mujeres, que la nombre, que denuncie siempre que ocurra, que cuestione los modelos hegemónicos del ser hombre y ser mujer y de esta manera se cumpla con la corresponsabilidad social de los medios de comunicación en la transformación de imaginarios sociales.
Bibliografía
Blandón, M. (2016). Periodismo y violencia machista en Nicaragua. Encontrado en http://www.observatoriogeneroyequidad.cl/index.php/las-noticias/8356-periodismo-y-violencia-machista-en-nicaragua?platform=hootsuite el 12/08/2016
“Debates feministas sobre las violencias”. Encontrado en http://frankhooker90.blogspot.com/2015/09/debates-feministas-sobre-las-violencias.html el 31/01/2017
Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad Nacional de La Plata (2013). “En los medios existe una pedagogía de la crueldad”. Entrevista a Rita Laura Segato. Encontrado en http://perio.unlp.edu.ar/node/4602 el 12/08/2016
[1] Para ejemplos concretos revisar Femicidios en los Medios I, II y II y IV. http://pmincorrecto.org/platicasdiversas/2014/08/23/femicidiosenlosmediosprimeraentrega/
[2] Para conocer cómo aplica esta teoría en los medios de comunicación de Nicaragua, visitar http://lacorrientenicaragua.org/la-deuda-mediatica-por-la-vida-de-las-mujeres/

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