lunes, 23 de mayo de 2016

De hombres, motocicletas y fobias LGBTI

Recuerdo una vez en un intercambio de regalos en la iglesia mormona, que era la que visitaba desde pequeño, un niño entregó un regalo a otro niño con un beso en la mejía y un fuerte abrazo, la gente río y otros lanzaron miradas condenatorias. “Los niños se dan la mano”, dijo un papá a su hijo, para “explicar” el porqué de las reacciones.

Desde niño me llamó la atención por qué situaciones así generaban burla o rechazo, pero no el ver a dos hombres en motocicleta. Aquello me parecía curioso, además que me gustaba apreciarlo. Yo me preguntaba por qué la gente se asustaba al ver a dos niños mostrándose afecto entre sí, pero no eso de dos hombres en moto, tan pegaditos, tan cómodos "¿por qué no se escandalizaban con eso?" me decía en los diálogos conmigo mismo.

Ya de grande, me parece un performance homoerótico y homoafectivo la escena de dos hombres en motocicleta, que sin entrar al asunto de  la orientación sexual, esta interacción muy común en el espacio público, muestra que socialmente hay gestos cotidianos que aunque pasen por inadvertidos, evidencian una ruptura entre los discursos conservadores y lo que sucede en la práctica.

Bonito sería por ejemplo, que una pareja de lesbianas o de homosexuales caminaran tranquilamente por la calle, sin recibir ningún tipo de señalamiento, así como nadie se escandaliza ni coloca bajo sospecha a los hombres que bien cómodos disfrutan de su viaje en motocicleta. 


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