Los
"pintas" más temibles de Nicaragua no están en los "barrios
marginales". No son esos que despectivamente llamamos "chinela
rolter" por la música que escuchan, su forma de vestir o manera de hablar. Vayamos dejando atrás esos estigmas y estereotipos que fomentan la discriminación. Los "pintas" más temibles son quienes nos gobiernan. Esos
"pintas" suelen abusar del poder que tienen, que no siempre es conquistado
por voluntad popular. Pretenden infundir miedo para que les obedezcan y nadie nunca jamás los cuestione. No les importa
violentar los derechos humanos de quienes manifiestan inconformidad con los atropellos que cometen. No les interesa
promover, mucho menos practicar valores. Si las leyes no les favorecen, las cambian. Lo preocupante es
que estos "pintas" tienen seguidores, y a estos seguidores los
utilizan como títeres para lograr sus maquiavélicos planes. Además, desmotivan a otras/os que apuestan a cambiar esa manera cochina de hacer política. Hay que tener precauciones
con los "pintas". Sigamos firmes con el plan "limpieza de
pintas", digo con nuestras batallas sociales y políticas. El arma más potente de la que podemos hacer uso para combatir a los "pintas" es la educación, así que hagamosle suin.
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